miércoles, 14 de abril de 2010

Taza taza, atasalataza

Siento sabor a torta de ricota sin haber comido... ACABO DE INTERCAMBIAR RECEPTORES SENSORIALES CON MI HERMANA!

no sé si eso es bueno o malo.

Otra cosa que noté es que últimamente, como ya me fui acostumbrando más a esto de tener un blog cada vez le pongo menos amor estético a las entradas y las mando así, "a la que te criaste"
Y también noté que siempre tienen que empezar con alguna banalidad del estilo "lo que comí o lo que tomé o lo que hizo mi hermana con sus receptores sensoriales"
Noté.
No té preocupé.
Si, ese fue mi estado todo el día y lo viene siendo últimamente, pero me encariñé!
Y hablando o escribiendo de notaciones (no científicas, gracias, paso) hoy noté, me di cuenta, llegué a la idea flotante de que las tazas también se comportan extraño. Bueno. LAS TAZAS es muy arriesgado, por lo menos las que están en la alacena de mi cocina a las 8 de la mañana que son las mismas que están a las 12 de la noche, tal vez varíe un poco a la tarde entrada pero en definitiva es una población acotada de la especie. Las tazas son casi todas distintas, excepto algún par de par que vino en compañía, no sé si completamente afortunadas, porque cuando son tazas y son dos solas, es porque alguna tuvo que haber quedado en el camino.
Auuuuch, la idea se me hizo más difusa, estoy perdiendo capacidad mental o esta idea en realidad nunca lo fue y me ilusioné en vano.
Yo creyendo que tenía algo para decir, algo interesante (eso no), algo diferente, una metáfora, una alegoría a la vida misma.
A ver, recapitulemos, VITÁCORA DE CASOS (homenaje al fantasma escritor)
Las tazas habían llamado de atención.
Había una taza perfectamente sobre la otra, por más que fueran distintas, con sus diámetros como hermanos, o quizás más, no podría haber definido donde empezaba uno y terminaba otro (o donde empezaba otro y terminaba uno). Sus diferencias habían sido hechas a un lado y juntas lograban una altura que jamás hubieran conseguido por separado. Nunca sabré si eran felices. Pero al verlas me dieron inseguridad (capaz ellas lo sentían, capaz no, que kpas) y decidí entrometerme un poquito.
Es que pensé que se iban a caer!
Si, si, eternamente si, yo sé que debería haber confiado en ellas, en su sentido de la unión y ningún humano golpeado por la desconfianza debería haber invadido en su contenedora vida de tazas. Es que justamente, yo no soy taza y no pude contenerme...
Tuve que hacerlo. Torcí la de arriba, entonces todo el panorama era más feo. No pude entenderlas, me puse a pensar como una soberbia que esa era una taza que se rendía ni bien empezaba el día, que no esperaba a levantarse! Por un momento dije, bueno, quiere empezar de a poco y después ascender, pasito a pasito, muy sensata, pero yo debería haberla dejado en paz y confiar en que cuando abriera la alacena, no iban a caerse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario