ELLA Y/O YO

ELLA Y YO

En este momento no sé que hacer sólo miro al piso, abajo, cómo pasan las baldozas desiguales, únicas en su especie para no ser injusta y también el recorrido cíclico

de nuestros pies. No me siento tan mal tal vez, porque no entiendo su concepción de la magnitud de los hechos. Pero no me faltaba mucho tiempo más.

Sólo giré la cabeza, sólo eso y la vi. Triste muy triste no sabía si era la lluvia o si lloraba, si lloraba ella o yo. Su mundo parecía haberse venido abajo y con él me había arrastrado. Atiné a abrazarla para que siga llorando sobre mi hombro y quise decirle algo pero me odié en el momento en que escuché en consejo de ascensor, fugaz y obligatorio, perfectamente inútil. Ella tenía un punto muy firme mientras yo me caía a pedazos. Pero la destrozada era ella.

Así empezamos a jugar.

En este juego, alguien actúa. A mi me gusta mucho actuar pero a veces no me parece. Entonces empezamos.

Ella llora. Yo actúo.

Pero pará. Detente. Espera. NO continúes

sin antes saber que

todo esto era por su bien. Yo quería ayudarla. Creo que pude. Fue solo una bocanada de aire, aire que sirvió de puente. Ella lo sacó y yo me lo quedé.

Pesa.

Pesó.

Sigue pesando.

Pero lo llevo y ella ya no.

Y no dejó de llover. Pero ella dejó de llorar.

ELLA O YO